Otro insecto que se ha hecho común en mi cultivo ha sido este hermoso pariente de la abeja llamado «bumblebee» en inglés y comunmente abejorro en español. Uno creería que los mejores insectos polinizadores son las abejas, pero no, en realidad son los abejorros. Cuando se empezó a experimentar con insectos en polinización en invernaderos en los años 70 y 80 se encontró que las abejas eran incapaces de mantener colonias en estas condiciones, las abejas también presentaban bajas eficiencias en la polinización (60-80%) lo cual podía ser superado por la polinización manual utilizando vibradores mecánicos (solo en cultivos con flores perfectas, es decir, flores que se pueden autopolinizar, como el tomate). Las abejas tenían muchos problemas, entre ellos, que requerían una temperatura de más de 15 grados centígrados para poder volar. En fin, todo esto se vió resuelto cuando se empezaron a utilizar los abejorros. Ellos pueden volar hasta con temperaturas de 5 grados, no se ven afectados por la lluvia o el viento, cargan más polen que las abejas y además alcanzan eficiencias en la polinización de hasta el 100% de las flores, ya que su patrón de alimentación es sistemático (recorren las plantas de abajo hacía arriba buscando cada flor). Un abejorro, es capaz de polinizar hasta 30 flores por minuto. Además, aunque tienen capacidad de picar como una abeja (poseen aguijón), rara vez lo hacen, a menos que sean sometidos a una situación extrema. Sin embargo, los abejorros son excesivamente sensibles a los insecticidas, tanto a los de amplio espectro como a algunos específicos para otras especies, es por esto, que para poder obtener el beneficio de su compañía, el cultivador debe mantener una situación de «balance ecológico» en su cultivo, donde existan tanto especies beneficas como destructoras, en niveles apropiados. Si alguno de ustedes tiene alguna especie de jardín y quiere disfrutar de la compañía de estos amigables insectos, puede construir una caja de madera de unos 20 centimetros de altura, ancho y alto, colocar alguna especie de piso aislante (plastico, el lignoleo sirve) y llenarla un poco con cascarilla de arroz medio humedecida. Después, se abre una entrada a nivel del piso de unos 3 centimetros de diametro y se espera pacientemente. Si se corre con suerte, una reina colonizará la caja y tendrán su propia colonía personal de abejorros.